lunes, 31 de diciembre de 2007

Fin de año y principio de década

Termina el año 2007, así que toca hacer balance. No puede negarse que ha sido un año intenso, con mucho trabajo, pero también pleno de proyectos y sorpresas. Con él termina también una década, se dice pronto. De la veintena me quedan muchos recuerdos, algunas ilusiones perdidas, bastantes metas por lograr y otras que me han llegado sin preverlo. La vida es así de irónica.

Hay cosas que parece que nunca van a cambiar mientras otras se metamorfosean cada día. Las amigas y amigos de siempre siguen estando ahí, aunque los hay que viven en otros lugares, o que se han casado, o que tienen bebés. Nos hacemos mayores..., es ley de vida. Sin embargo seguimos siendo jóvenes, o al menos la sociedad nos ve así. Y eso que ya se vislumbran varias arrugillas, las cuales llegan para hacer compañía a algunas canas malhadadas.

Al nuevo año le pediremos poder seguir adelante con los proyectos ya en marcha e incluso iniciar algunos nuevos, pues siempre surgen propuestas atractivas. A cambio se seguirá ofreciendo esfuerzo, disciplina y buen humor. Eso que nunca falte, y más después de que acabo de ver al de Cruz y Raya haciendo chistes filosóficos. "¿Qué es la nada?" le preguntaba un inquieto Aristóteles a su maestro Platón (en el marco de "La escuela de Atenas" de Rafael), a lo que Platón, arrinconado, respondía: "Pues eso, la nada. La nada, no es nada". La respuesta no contentó al discípulo. Nuevo intento: "¿Te das cuenta del salario mínimo interprofesional?". Bravo, eso es una explicación eficaz. Respuesta de Aristóteles: "Ah..., ya..., ahora lo cojo".

Con esto levanto la copa de "El Gaitero" que tengo sobre el escritorio y brindo por el año nuevo. ¡¡Felicidades a todo el mundo!! (Especialmente a los y las profes).

domingo, 9 de diciembre de 2007

Los fantasmas docentes

Ya son varios días leyendo noticias sobre el famoso informe PISA, y al final, cómo no, han terminado por hacerme saltar. En realidad, lo que me saltan son las neuronas, porque cada vez entiendo menos la estructura de este sistema educativo en el que me hallo inmersa.

Ahora les ha dado por decir que la preparación de los nuevos profesores es mala, y que todo se va a solucionar con el nuevo Magisterio y el nuevo Máster. Ay, qué risa. Siempre me toca estar en el grupo de los olvidados. Como los medios de comunicación se creen a pies juntillas lo que dicen políticos y sindicatos, así nos va. Pero los que estamos en la arena, cuan gladiadores echados a los leones, sabemos que el problema real radica en los métodos para seleccionar profesorado. Eso es lo que habría que mejorar y flexibilizar.

De poco sirve formarse infinitamente si apenas se ofertan plazas para el profesorado y si encima los criterios de selección otorgan a la antigüedad un peso tal que los nuevos apenas pueden meter la patita. Millones de opositores "aprobados sin plaza" podrían hablar largas horas sobre este tema. La herida escuece, es verdad. Quienes lo hemos pasado lo sabemos. Cuando hace tres años tuve la suerte de aprobar todos los exámenes en Asturias, los sindicatos me hicieron saber que no era mi turno, ya que había que hacer cola: "los antiguos primero, señorita". Pues vaya. El sueño americano al cubo de la basura. "Casuística personal" lo llamaban ellos.

Así es como muchas "casuísticas personales" nos encontramos actualmente en los claustros de profesores de los IES, siendo interinos forzosos. Se oye cada historia que te pone los pelos como escarpias. Eso sí, estamos agradecidos de poder al menos trabajar en aquello por lo que hemos luchado tantos años. Pero, por favor, que no se atrevan a seguir diciendo que falta formación o que no sabemos inglés. Cuando quieran les podemos enseñar los listados de cursos interminables, títulos adicionales, publicaciones, proyectos, ponencias, premios nacionales, títulos de las Escuelas de Idiomas y otros méritos adicionales. Esa es la triste melodía que resuena en nuestras cabezas mientras vamos acumulando bolsas de tila de cara a la próxima batalla del verano que viene. Nos la jugaremos otra vez, y no sabemos si con mejor o peor suerte.

Lo hemos asumido. El mundo funciona al revés, nadie nos va a agradecer nuestro esfuerzo. Habrá compañeros entrados en años que nos seguirán incitando a bajar el ritmo para no alterar la monotonía de la sala de profesores, mientras a la administración le traerá sin cuidado si preparamos las clases, cuánto, cómo, qué aprenden nuestros alumnos o cómo contribuimos al desarrollo de las TIC educativas. Estamos de paso, mejor no levantamos la vista del suelo.

Pero que no se atrevan a decir que no hay profesores dispuestos a aceptar nuevos retos. Estamos ahí, a un paso, ¿acaso alguien se ha molestado en venir a evaluarnos y preguntarnos qué retos estamos en condiciones de asumir? ¿Acaso nos harán de una vez las entrevistas a los que nos apuntamos para el proyecto bilingüe? ¿Acaso alguna vez han reparado en nuestra presencia?

Lo sabemos. Somos los fantasmas del profesorado, vagamos por los pasillos sigilosamente, para no molestar. Somos esos que no se notan, no se sienten, no traspasan. Sólo los alumnos y alumnas pueden vernos. Menos mal que nos queda ese consuelo. Que la prensa diga lo que quiera, que la administración nos siga dando de lado, que el sistema nos continúe mareando (primero nos niegan la plaza por ser jóvenes y después nos dicen que necesitan jóvenes pero ni se acuerdan de nosotros, ya que no tenemos la plaza). Resistiremos. Por ellos y ellas. Que aún con el paso del tiempo nos recuerdan y saludan.

¡Va por vosotros!