domingo, 25 de noviembre de 2007

Indumentaria escolar

Menuda la que se ha liado en Asturias porque un alumno no quiso desprenderse de su gorra en clase. Han expedientado a una profesora que salió en su defensa, se han manifestado los padres, la dirección del centro no sabe qué hacer porque no había normas explícitas que censurasen el cubrimiento de la cabeza, bueno, bueno, ¡qué jaleo!...

Los padres del menor argumentan que no debe quitarse la dichosa gorra porque es parte de su personalidad, a lo que alguien ha replicado que si soplase el viento y se llevase la gorra, a ver a dónde iba a parar la personalidad del chaval.

Recuerdo que el curso pasado tuve que pedir reiteradas veces a los mismos alumnos que se quitaran "la gorrita", a lo que nunca pusieron mayores pegas que un simple bufido y una mirada cansanda. También se me viene a la mente que una alumna de mi tutoría apareció un día con una gorra muy estilosa, "fashion" de la muerte. Le dije que se la quitara y argumentó que esa norma era "para chicos", pero tuvo que quitársela igualmente, ya que la norma es para todo el alumnado, faltaría más.

El caso es que ahora no saben si lo mejor será ponerles a todos un uniforme para que no haya problemas. Pues ya veremos a dónde nos lleva esto. Otro tema es el de la vestimenta del profesorado. Una vez conocí a una profesora de mi edad que me dijo que para dar clase a adolescentes, siendo mujer, había que tener cuidado con la ropa. Será por eso que ella llevaba el pelo cuidadosamente recogido con un coletero de niña pequeña, muñeco incluido.

Sigo sin saber qué indumentaria es la más adecuada, pero prefiero los vaqueros al pantalón de tela, por lo que los alterno. Los tacones, sin son cómodos, pueden estar bien para ir más elegante, aunque hay días que prefiero ir en plano. Y aunque trabajo mejor con el pelo recogido y las gafas puestas, no me parece que sea terrorífico el "pintarse el ojo" como se dice por aquí. No deja de tener su arte, y no me parece que eso sea peligroso aunque se trabaje con adolescentes. Siempre que se vista en condiciones, cada quién que se organice como mejor le venga en gana. Eso sí, sin caer en un alarmismo que nos haga disfrazarnos de beatas por miedo a los chavales.

Yo les recomendaría a estas profesoras que dicen usar bata "para que no me miren el culo" que se iniciasen en las artes marciales, a mí me fue de perlas. Da seguridad, refuerza la autoestima y te recuerda que antes de cocinera fuiste fraile. Yo estudié en un Instituto, mis compañeros eran como los adolescentes que he tenido en clase, y nunca tuve mayores problemas. De hecho, muchos de ellos presumían de sus dotes como macarrillas pensando que eso les hacía interesantes. En fin, que ya está una de vuelta, aunque siempre me echen menos años de los que tengo, y me sigan llamando "nenina".

Sobre el estigma del "profesor joven" hablaré otro día, que eso da para largo...

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